Encontrada en el siglo XIX en la isla de Milo y expuesta en el Museo del Louvre de Paris, encontramos una de las esculturas más famosas y fantásticas de todos los tiempos, la Venus de Milo.
Esculpida en mármol y datada hacia el siglo II a.C, esta escultura exenta pertenece al periodo helenístico, una época en que la escultura evolucionó del periodo clásico para convertise en esculturas con más movimiento, expresividad y la representación de las emociones en rostro y cuerpo.
La Venus de Milo bien podría confundirse por la falta de expresividad en el rostro y catalogarla en periodo clásico, pero varios son los detalles que delatan claramente al estilo que pertenece, quizá el más claro esta en los claroscuros que se hacen en el elegante pliegue del ropaje que la cubre de cintura para abajo. También vemos varios factores característicos de la escultura griega, el «contraposto» y una composición helicoidal o con forma»serpentinata«.