En la década de los años cincuenta, uno de los artistas más importantes del movimiento surrealista, René Magritte, desarrolló un conjunto de cuadros similares con un mismo tema llamados, «el imperio de las luces» (l’empire des lumières).
Como en la mayoría de sus trabajos, la intención del artista era la de cambiar la percepción precondicionada de la realidad. En la parte superior de la imagen aparece un cielo azul brillante, mientras abajo vemos una casa con luz artificial en un paisaje nocturno, y el reflejo de esta en el lago.
Magritte hace en estos cuadros algo recurrente en sus obras, el encuentro de contrastes y imágenes que resultan extrañas y paradójicas para el espectador.