Édouard Manet (1832-1883) “El ballet español” 1862 Óleo sobre lienzo, 60,1 × 90,5 cm. The Philips Collection, Washington D.C.
Édouard Manet fue uno de los artistas franceses más interesantes y complejos del siglo XIX. Obtuvo cierta notoriedad en la década de 1860 por su sello particular al adaptar composiciones de los pintores clásicos más antiguos. “El ballet español” no muestra un espectáculo real de la compañía de baile española que actuó en el “Hippodrome» de París entre agosto y noviembre de 1862, sino que algunos de los bailarines principales, incluyendo a la famosa Lola de Valencia, representada aquí sentada en una banqueta, posaron para Manet en el estudio como si interpretasen una escena del ballet “La flor de Sevilla”. En la pintura original, sin embargo, sus poses nos remiten en cierto sentido a una fotografía.
Con frecuenta, Manet introducía en sus obras motivos extraídos de grabados, de fotografías y de otras pinturas. En esta obra el básico sentado en el primer término procede de otro cuadro suyo, “La cantante española”, pintado un año antes, mientras que las dos figuras situadas al fondo, también a la izquierda, son de Goya. La composición general se basa en una obra conservada en el Louvre que, en época de Manet, fue erróneamente atribuida a Velázquez, pintor al que admiraba mucho. La curiosa escala de las figuras y su compleja distribución, el uso del blanco y el negro, la ausencia de tonos intermedios y las incongruencias espaciales son elementos que dan a esta pintura de Manet un arte atrevidamente moderno.
Georges Pierre Seurat (1859-1891) “Les Poseuses (Las modelos)”. 1884-1886, Óleo sobre lienzo, 207,6 cm × 308 cm. Barnes Foundation, Filadelfia, Estados Unidos.
Georges-Pierre Seurat nacido en París, de familia humilde comando a introducirse en la pintura gracias a su tío, ingresó en la escuela municipal de dibujo en donde conocería a Edmond Aman-Jean, alguien que le acompañaría toda su vida. Ambos ingresarán en la Escuela de Bellas Artes de la misma ciudad hasta el 1879, y en el 1880 comenzaría el servicio militar en la ciudad de Brest (ciudad portuaria de Bretaña, en el noroeste de Francia), en donde descubrirá de una manera muy especial el mal algo que será de vital importancia para su obra. En el año 1886 expone en la exposición impresionista una de sus obras más populares “Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte” que realizó en dos años, y ahí nace el termino y estilo característico de Seurat “el puntillismo”, una nueva técnica en que se combinan puntos/manchas de color que crean un efecto óptico al ojo y la mente del espectador. Estilo al que se sumaría más tarde su amigo Paul Signac (1863-1935).
La obra de Seurat fue siempre muy criticada y en muchos casos poco apreciada, de ahí nacerá la obra de “Les Poseuses” en que el artista la crea como respuesta queriendo demostrar que este estilo también dota sentimiento, vida y detalle.
La noche del 16 al 17 de Marco del 1394 moría en su palacio cerca de la ciudad de Florencia, el condontiero John Hawkwood, y la República de Florencia le ofrecería a este mercenario nació en Essex (Inglaterra) en el 1930, un funeral solemne y en el año 1430 le encargarían al pintor supuestamente florentino Paolo Uccello, un fresco que aun se puede apreciar a día de hoy en la brasilica Santa Maria di Fiore de Florencia.
Hawkwood fue un condontiero, un mercenario que desde finales de la Edad Media hasta mediados del siglo XVI estaba al servicio de las ciudades-estado italianas. Al principio gran parte de ellos eran extranjeros, pero poco a poco casi todos los profesionales de armas pasaron a ser italianos. En su carrera militar Hawkwood estuvo al servicio de Pisa en el 1363 junto con la “Compañía Blanca”, en el 1368 al servicio de Milán, luego pasaría al servicio Papal, regresaría a Milán una última vez para luego irse con el enemigo y ponerse al servicio de la República de Florencia.
En el año 1389 estallaría una guerra que implicará a toda la península itálica, unas discrepancias que comenzaron entre Siena y Florencia y se irían extendiendo en dos bandos Siena contaría con los aliados de Milán, Perugia, Mantua, Ferrara y Rimini, mientras que del lado de Florencia estarían Bolonia, Faenza, Luca y Padua. Además esta guerra enfrento a los mejores y más populares no solo de esa época sino prácticamente que se recuerden de toda la historia como son por parte siena/milanesa Jacopo dal Verme, Facino Cane, Ugolotto Biancardi y Paolo Savelli, y por el otro lado, demás de John Hawkwood también se encontraban Giovanni da Barbiano, Konrad Aichelberg, Konrad Prasserg y John Beltorf.
Este enfrentamiento la gano la alianza “fiorentina”, gracias seguramente al mando de Hawkwood, y de ahí se ganó toda la fama, popularidad y méritos que le vendrían después en vida y tras su muerte.
Paolo Uccello (1397-1475) fue un pintor y matemático que destaco por su obra pionera en su perspectiva del arte. En el año 1436 recibió el encargo para realizar un fresco para conmemorar al ingles Sir John Hawkwood, que en la República de Florencia era considerado un héroe de guerra. Uccello representaría al guerrillero inspirándose en obras clásicas.
Dalí pintó esta maravilla del mundo a base de sillares de piedra algo que nos recuerda a otra obra anterior, la Venus «con cajones». El artista expulsado del grupo de Bretón, había decidido volverse más clásico, y eso se refleja en la obra ya que cada vez hay una mayor preocupación por la forma.
Dalí ha manejado como nadie las obsesiones, los sueños, la paranoia, los delirios, que se han convertido en herramientas de una locura sublimada.
Esta obra monumental del Coloso de Rodas recuerda a ciertas obras heroicas de los años treinta y del principio de los cuarenta, enlazando con la estética de esos años.
Encargado en el año 1468 y concluido en el 1470, este retablo de grandes dimensiones fue realizado por el artista Pere Niçard, que encontraremos en el Museo Diocesano de Palma.
Niçard nos presenta al legendario caballero «Sant Jordi» lanceando al dragón. El artista estaba influenciado por los artistas flamencos, pero sobre todo por Jan Van Eyck.
Este óleo no solo llama la atención por la escenografía de sus personajes sino también por la ciudad medieval que aparece en el fondo, Palma de Mallorca.
En la década de los años cincuenta, uno de los artistas más importantes del movimiento surrealista, René Magritte, desarrolló un conjunto de cuadros similares con un mismo tema llamados, «el imperio de las luces» (l’empire des lumières).
Como en la mayoría de sus trabajos, la intención del artista era la de cambiar la percepción precondicionada de la realidad. En la parte superior de la imagen aparece un cielo azul brillante, mientras abajo vemos una casa con luz artificial en un paisaje nocturno, y el reflejo de esta en el lago.
Magritte hace en estos cuadros algo recurrente en sus obras, el encuentro de contrastes y imágenes que resultan extrañas y paradójicas para el espectador.
Fechados en los tiempos de la ocupación romana en Egipto, los retratos de «El Fayum» son unas pinturas que cubren los cuerpos momificados para su enterramiento, encontrados en la región egipcia de «El Fayum», de ahí el motivo del nombre.
Los retratos tenían que ser lo más parecidos al difunto para así poder ser reconocidos tras su muerte, estaban realizados en dos técnicas pictóricas diferentes , al temple y mayoritariamente a la encáustica.
La característica de la encáustica es el uso de la cera como aglutinante para los pigmentos, una mezcla densa y cremosa que se aplicaba con un pincel y una espátula caliente terminando puliendo la pieza con trapos de lino sobre una capa de cera caliente previamente extendida para protegerla (a este termino se le conoce como encaustización).
«Alegorías al buen gobierno», se realizó entre el 1337/39 por el pintor de estilo gótico italiano Ambrogio Lorenzetti. Este fresco excepcional nos narra por primera vez el modo de vida medieval de la Siena del siglo XIV, en el vemos detalles de la arquitectura de la época, los talleres de artesanos, las vestimentas y las diferencias de las clases sociales.
El fresco se encuentra en el Palacio Público de Siena, que en el momento era la sede del gobernador de la ciudad, y que junto a este fresco mando pintar otro que representaba totalmente lo contrarío, «las alegorías del mal gobierno».
En época gótica las pinturas contenían un gran valor simbólico como ocurre en este cuadro, podemos ver las figuras femeninas que aparecen en primer plano simbolizando la paz, la fe, la fortaleza, y la justicia mientras que el resto de personajes aparecen en menor tamaño, para dejar claro que ningún cargo ni poder esta por encima de los valores y el civismo que representan la ciudad.
En el año 1921 en Fontainebleau (Francia), residía el artista malagueño Pablo Picasso, en donde pintó «Los tres músicos» en el periodo conocido como «cubismo sintético», que la diferencia que tenía con el anterior (cubismo hermético) era que el lenguaje no era tan abstracto y podía entenderse mejor por el espectador.
En el cuadro vemos tres músicos, un arlequín con una guitarra, un pierrot con un saxofón y el monje que sostiene una partitura (única imagen que parece intacta de como la conocemos en realidad), además del perro que vemos entre las piernas de los músicos.
El Arlequín es un personaje muy recurrente por Picasso en muchas de sus obras, ya que lo considera como a un artista, capaz de camuflar la realidad ya sea por sus trucos o por su interpretación.
Este mes de Junio se ha presentado en el Museo del Prado de Madrid, una exposición inscrita dentro del marco de actividades con motivo de la celebración del World Pride de Madrid 2017.
La exposición recorre una colección de obras permanentes ya expuestas en su mayoría en el museo, a través de una selección de 30 obras formadas por pinturas, esculturas y dibujos pertenecientes a algunos de los mayores genios y artistas de la historia como Ribera, Rubens, Caravaggio, Botticelli o Goya entre muchos otros. El relato expositivo nos hace un recorrido a lo largo de la historia en cuatro partes en la que tratan sobre el «concepto del amor» entre iguales, en como se ha vivido desde la época clásica hasta día de hoy, pasando por la aceptación, el rechazo y la persecución y la intolerancia que ha sufrido a lo largo de la historia.
Distribución de la exposición:
1. Amistades inmortales.
Como bienvenida a la exposición, el Museo del Prado nos traslada al periodo Clásico de Grecia y Roma previa al cristianismo en donde había tolerancia y aceptación, y se vivía con naturalidad las relaciones entre iguales.
Una de las leyendas es que Antinoo era un joven que salvó al emperador Adriano, y este le rindió culto por la admiración y la supuesta relación que tuvieron, construyó multitud de templos y esculturas en su honor.
2. Perseguir los deseos.
Una época y periodo cruel de la historia, culpa de los prejuicios religiosos y los tribunales civiles en que los hombres y mujeres que tenían relaciones con personas del mismo sexo eran acusados, humillados y muchas veces sacrificados. Fue un periodo en el que se persiguió a artistas y obras en donde las relaciones entre iguales estaban penalizadas y castigadas.
3. El cuerpo y su imagen.
Siguiendo con el mismo periodo de intolerancia, comenzaron a aparecer otras formas y transformaciones en la sociedad en donde mediante personajes disfrazados se comienza a ver a individuos travestidos o de transgénero con ropa de mujer, aunque fuese más bien como significado de mofa o burla.
4. Amar como los dioses.
Ya casi a finales de la exposición podemos apreciar como con el tiempo todas esas obras que fueron perseguidas a partir del cristianismo y de la Edad Media, comenzaron no a ser toleradas sino más bien aceptadas en las élites más cultas en donde el prejuicio de la iglesia y de las persecuciones civiles ya no tenia cabida. Se aceptó este tipo de iconografía, pero más bien como algo del pasado, como de cuentos, dioses y mitología que seguían sin ser bien vistas como practica en la sociedad de la época.
Otras miradas
Como si ya la exposición no pudiese ser más completa y con todas estas grandes obras de artes, se le añaden dos obras excepcionales y poco conocidas como son «El maricón de la Tía Gila de Goya», y el Cid de Rosa Bonheur, que se despiden de una de las grandes exposiciones que podremos visitar en este país hasta el 10 de Septiembre de este mismo año.