Ayer estuvimos en el Palau de la Música Catalana, para disfrutar del concierto de la gran artista Maria João Pires, que en un mismo programa incluyó sonatas de Mozart, Beethoven y los nocturnos de Chopin, un éxito pronosticado desde hace semanas, ya que se agotaron las entradas del Palau.
Como era de esperar fue un concierto magistral, fantástico y purificador, la artista demostró el conocimiento, la clase, el don y dominio que tiene cuando se pone delante de su fiel compañero de viaje; el piano.
Es muy complicado explicar lo que se siente en el momento del concierto cuando alguien como Maria João Pires «te toca» y te transmite notas de Mozart, Beethoven y Chopin, por eso nos cuesta de entender ¿el por qué? que haya gente que lo intente captar grabando con su teléfono móvil, no solo es una falta de respeto a la artista, sino que además de no disfrutar el momento, es imposible transmitir lo que se siente, «lo esencial es invisible a los ojos» (perdón por tirar del más que popular Antoine de Saint-Exupéry).
Por eso recomendamos a todos aquellos que no hayan tenido la oportunidad de escuchar a esta artista única que si pueden los días 9, 10 y 11 de agosto intenten ir al festival Days of Wisdom en Cervià de Ter (Girona), impulsado por la artista y en un paraje fantástico, el monasterio de
Santa Maria de Cervià.