En el Antiguo Egipto y Grecia ya hicieron diferentes «inventos» (argamasa) para emular a lo que en el siglo III a.C. descubrirían los romanos, «el hormigón».
Gracias a este material surgieron elementos vitales para la construcción como el ladrillo, la bóveda y el arco. Sí es cierto que en la actualidad no esta compuesto de lo que fue en su momento; un material compuesto de mortero de cal cuya arena era volcánica y de elementos pétreos (caementa), y podía utilizarse como relleno y también como material de construcción.
A día de hoy el hormigón y el cemento ya esta compuesto por pastas artificiales que se distinguen en dos grandes grupos; los hormigones en masa y los hormigones armados o estructurales. La diferencia entre estos dos es que la primera se suele utilizar para revestimientos y moldes mientras que el armado se utiliza para grandes estructuras de arquitectura e ingeniería como puentes o edificios.