En una zona aislada del norte de Etiopía, escondida entre montañas encontramos estas iglesias realizadas entre los siglos XII y XIII, talladas en roca volcánica.
Se remontan a la Dinastía Zagüe descendiente de los askum, que escogieron este lugar como capital y asentamiento espiritual, algo que duro poco mas de siglo y medio.
Este conjunto de once iglesias, fueron excavadas y talladas bajo la superficie de la tierra y están rodeadas por patios y túneles que conectan entre sí.
Catalogadas como Patrimonio de la Humanidad en el 1978, estas iglesias tan poco conocidas van llamando al interés del turismo internacional logrando grandes ingresos de «birrs» (que es la moneda utilizada en el lugar), para su preservación y uso, ya que aun a día de hoy siguen utilizándose por los sacerdotes ortodoxos del lugar.
Este lugar tan único y excepcional esta acompañado de varias leyendas sobre su construcción, una de ellas es la de que alguna de ellas fue construida por Dios y la otra que nacieron de un sueño del mismo rey de la Dinastía Zagüe.
En el síndrome de Stendhal nos encanta aprender y saber cuales son los gustos y preferencias de nuestros seguidores, por ello queremos agradecer a los autores de la página web http://ramiromartaadam.blogspot.com.es/search/label/ETIOP%C3%8DA por contarnos sus viajes y aventuras por el mundo, que en esta ocasion nos ha servido para descubrir este maravilloso lugar escondido de africa.