Siendo uno de los puntos de salida de los cuatro caminos de peregrinación que conducen a Santiago de Compostela encontramos en la borgoña frances la iglesia abacial de Santa Magdalena de Vézelay, construida en el 1104 aunque reconstruida de nuevo años más tarde por culpa de un incendio.
Siendo una de las grandes joyas del románico francés, tiene influencias directas del del monasterio de Cluny. Algo que la caracteriza es su extraordinaria portada en la que observamos la representación de Cristo inscrito en la mandorla mística donde extiende sus brazos hacia sus discípulos, ofreciéndoles el «don de lenguas», para que prediquen su doctrina a los diferentes pueblos y razas que están representados en las partes más exteriores del tímpano. En las arquivoltas vemos los doce signos del zodíaco y los meses de año, simbolizando en este las distintas tareas agrícolas que se corresponden con cada uno de ellos.