En el año 1896 Georges Méliès (1861-1938) «el mago del cine”, mientras rodaba un documental, sufrió un pequeño accidente, la cámara se le atascó y la película se detuvo. Una vez arreglado el atasco, durante la proyección se dio cuenta de que había descubierto “el trucaje fotográfico” ya que donde antes pasaban unos hombreas, ahora de pronto aparecían unas mujeres. Desde este “bendito error” comenzaría una nueva etapa de magia y fantasía en el mundo del cine.
Méliès será el padre de casi todos los trucajes que forman parte del patrimonio y de la historia del cine, “apariciones y desapariciones”, personajes voladores, objetos que se mueven solos, maquetas, etc. Sin duda sus creaciones son fruto de las técnicas de un fotógrafo fusionadas a la de alguien del mundo teatro y del iluminismo, una simbiosis magistral entre los recursos teatrales como el maquillaje, la mímica, los decoradores y la división de actos y escenas sumado a los medios y trucajes fotográficos.
Fue el primero en realizar películas con escenas artificialmente preparadas, dando una nueva vida al mundo del cine, con más de 500 películas entre el 1896 y el 1913, en un periodo en el que el séptimo arte agonizaba.
Muchas han sido sus películas, pero seguramente ninguna tan famosa, popular e importante como “Viaje a la Luna” estrenada en el año 1902.
Este año 2018 se exhibió en la Plaza Mayor de Madrid con motivo de su «400 aniversario» esta escultura de la artista estadounidense Janet Echelman perteneciente a su colección «Earth Time» que se inició en el 2010.
En el verano del 2016, los artistas Christo y Jeanne-Claude reinventaron el lago Iseo de Italia. 100,000 metros cuadrados de tela amarilla reluciente, ondulada con el movimiento de las olas mientras «Muelles Flotantes» se elevaban justo sobre la superficie del agua.
Los visitantes pudieron experimentar la obra de arte caminando desde Sulzano hasta Monte Isola y hasta la isla de San Paolo, que fue enmarcada por el muelle flotante. Las montañas que rodean el lago ofrecen una vista de pájaro de los muelles flotantes, exponiendo ángulos inadvertidos y perspectivas cambiantes.
Al igual que todos los proyectos de Christo y Jeanne-Claude, Muelles Flotantes fue absolutamente gratuito y abierto al público», dijo Christo. «Sin entradas, reservas ni propietarios. Los muelles flotantes eran una extensión de la calle y pertenecían a todos».
En el aniversario de los 400 años del nacimiento del arquitecto suizo Francesco Borromini, se hizo en su honor y a una de sus construcciones más famosas, en el lago Lugano de Suiza en el año 1999 una reproducción de la iglesia de San Carlo alle Quaattro Fontane de Roma.
Fue encargada al arquitecto Mario Botta en colaboración con la «Università della Svizzera Italiana» y fue una replica exacta de la iglesia, eso sí realizada con más de 35.000 tableros de madera moldeados para que encajen en esta gran «escultura efímera» de 33 metros de altura y 90 toneladas de peso que por desgracia se desmanteló en el 2003.
En el 1967 se celebró en Montreal una de las más importantes exposiciones universales, con «el hombre y su mundo» como tema de la exposición. La idea proviene de un libro del mismo autor que «Le Petit Prince», Antoine de Saint-Exupéry, del libro «Tierra de Hombres».
Uno de los pabellones más destacados de la exposición, y símbolo de esta fue el que construyó el arquitecto y visionario, Richard Buckminster Fuller, para representar a los Estados Unidos. Se trata de una cúpula geodésica de más de 67 metros de diámetro, con una estructura metálica y recubierta de un polímero transparente.
Con este tipo de cúpulas, «Bucky» que llevaba más de veinte años trabajando en ellas, quería promover una mentalidad más responsable de las obras que realizaban los arquitectos para una mejor eficiencia de los materiales, integridad estructural, modularidad y un diseño sostenible y respetable con el medio ambiente.
En su interior se podía albergar desde pequeños comercios, a bloques de pisos. Era un pequeño mundo en el que se podía controlar el clima y albergar animales y vegetación.
«Three Weeks in May» fue una performance realizada por la artista Suzanne Lacy en protesta contra las agresiones sexuales que sufrían las mujeres en la ciudad de Los Ángeles en la década de los setenta.
La obra que duró del 8 al 24 de Mayo del 1977 y consistía en que cada día Lacy iba a la comisaría de policía de Los Ángeles para obtener información a cerca de las violaciones sufridas el día anterior, se dirigía a la ubicación exacta y dibujaba en tiza roja una silueta aproximada de la víctima y la fecha del día que ocurrió la desgracia.
Para reportar todo esto expuso en el centro comercial «City Mall Shopping» dos mapas de casi ocho metros en donde en uno ponía las ubicación de las agresiones del día anterior y en el otro las vías principales donde se habían hecho más violaciones junto con los centros de ayuda a las víctimas.
Se hicieron más de treinta eventos relacionados con la obra de Lacy, a la que se sumaron diferentes artistas, además de los ciudadanos de la ciudad de Los Ángeles, tuvo una gran repercusión mediática y nacional que ayudó a fortificar los valores en defensa de la mujer.
«Morir de amor», esta sería la expresión que mejor define una de las obras más famosas y populares de Richard Wagner, «Tristan und Isolde».
Historia de la ópera
Aunque fue compuesta por Wagner entre los años 1857 y 1859 esta basada en la leyenda medieval bretona que escribió Gottfried von Straßburg hacia el año 1210, que narraba la historia de amor entre el caballero de la mesa redonda Tristán y la princesa irlandesa Isolda.
Esta obra tampoco existiría, sino fuese a parte de por la leyenda dicha antes por otros dos motivos, el primero de ellos la influencia del profesor y filósofo del antiguo reino de Prusia, Arthur Schopenhauer. Pero lo que de verdad fue el causante e inspiración de este gran «drama musical» fue el romance, el amor no correspondido que tuvo con Mathilde Wesendonck.
En el año 1849 Wagner se ve obligado ha abandonar Dresde tras ordenar su arresto por haber participado en la revolución de Mayo, se va solo, sin su esposa Minna y se trasladará a Zurich en donde conocerá a Otto Weswndonck que fue un rico comerciante de seda que defenderá y financiará al compositor alemán durante muchos años. Fue en este momento cuando conoce a la «culpable» que le llevará a escribir esta ópera, la esposa del mismo comerciante Mathilde Wesendonck.
Mathilde fue la primera en sentirse atraída y enamorarse del compositor, es en este periodo en el que Wagner estaba trabajando en la ópera del «Anillo del Nibelungo» y ya comenzaba a interesarse por la leyenda medieval de Tristán y Isolda. Pero no fue hasta agosto del año 1857 que abandonó otro de sus grandes trabajos «Sigfrido» para centrarse únicamente en el libreto de la ópera que terminaría el 18 de Septiembre en la Villa de Wesendonck, que fue en donde durante todo su trabajo vivió el «romance» con Mathilde, algo que aun a día de hoy se desconoce si fue platónico o consumaron su amor.
Pero esta efímera historia de amor se convirtió rápido en todo lo contrario, recordemos que Wagner estaba aun casado, y su mujer Minna interceptó las notas que se escribía con Mathilde, el intentó defender lo que era obvio, pero todo fue a peor para el compositor cuando Otto Wesendonck se llevó a Mathilde a Italia. En el 1858 Wagner se traslada a Venecia y decide olvidar a su esposa Minna y Mathilde aunque la segunda por obligación más que por que el no la quisiera.
Será en Venecia donde terminará el segundo acto de Tristán en el Palazzo Giustinian, y como aun estaba condenado de arresto y temía su extradición se trasladó a Lucerna, donde terminaría el último acto de la ópera en agosto del 1859.
Argumento
En tres actos veremos una historia de amor entre dos personajes, los mismos que dan título a la obra, Tristan e Isolda.
Isolda junto con su sirvienta Brangania están embarcadas en el barco de Tristán con rumbo hacia su prometido el Rey Marke de Cornualles. Tristán fue el mismo que dio muerte al antiguo prometido de Isolda, Marold, pero ella desconocía que Tristán en realidad era también Tantris, el mismo al que ella no fue capaz de matar en un momento de debilidad que este estaba mal herido. Pero ella procuró su muerte encargando una poción a su sirvienta que en vez de veneno era una pócima de amor incondicional.
Tristán e Isolda, ya llegados a su destino descubrirán el amor que se tienen el uno al otro, pero el Rey Marke es avisado por sus caballeros de las miradas que se tienen el uno con el otro. En una larga noche de pasión que pasan los dos amantes juntos, son descubiertos al alba por Marke y sus hombres en donde los encuentra abrazados, momento en el que se enzarzarán en una lucha en donde Tristán será herido de muerte por Melot el caballero más leal del Rey Marke.
Kurwenal subalterno de Tristán, se lo lleva a su castillo de Kareol en Bretaña, en donde avisa a un pastor que este atento por si ve llegar a Isolda que será la única capaz de salvar a Tristán de su muerte. Al fin Isolda esta de camino, Tristán emocionado la ve llegar y se arranca los vendajes hasta que ella llega, pero ya es demasiado tarde y el muere pronunciando el nombre de Isolda por última vez.
Kurwenal se enzarzará en una última lucha de venganza contra Melot que ha llegado junto con Marke para llevarse a Isolda, pero aunque lo mata también termina muriendo él mismo. Marke aprecia a Isolda derrumbada junto al cuerpo sin vida de Tristán, y el también llorará su muerte ya que aunque traidor también fue una de sus mayores amistades y caballeros más leales.
Y en ese momento en el que parece que Isolda recobra un poco de fuerza, muere, pero muere por que no puede estar con Tristán, muere de amor por no poder estar con quien había prometido estar para toda la eternidad.
Tristan und Isolde llega al Liceu
Del 28 de Noviembre al 15 de Diciembre llega al Liceu con la puesta en escena de Àlex Ollé de «La Fura del Baus» con la caracterización de los personajes y la escenografía de Alfons Flores y las video proyecciones de Franc Aleu, con el ideal wagneriano de «obra de arte total».
La palabra museo proviene de la antigua Grecia Helenística, que es una derivación de la palabra “museium” que consistía en un templo sagrado de Atenas dedicado a las musas, que eran diosas de la memoria la sabiduría. Más adelante ya en el siglo III en la época de Ptolomeo se construyó un conjunto de edificios en su palacio de Alejandría en donde había un anfiteatro, jardín botánico, una colección de zoografía, una zona de estudio y trabajo, y la famosa biblioteca de Alejandría.
Más adelante ya en época del imperio romano empezaría a surgir un nuevo concepto, el de coleccionar obras de arte, muchas de estas expoliadas a partir del saqueo producido por las batallas de Siracusa y Corinto entre otras, para llevar muchas piezas a los templos romanos.
Durante toda la Edad Media las obras de arte formaban parte de las colecciones reales y de la iglesia y el papado, y a partir del siglo XIV comienza a nacer el mecenazgo en donde grandes casas como los Medici empiezan a tener grandes colecciones y a promocionar artistas bajo su nombre y a alardear de sus pertenencias y fortunas a la sociedad.
Es en Francia a partir de la revolución francesa donde todo cambia, y cuando Napoleón Bonaparte convierte museos como el Louvre en un estamento público, en donde los visitantes podrán entrar de forma gratuita durante tres días a la semana, además de preocuparse en comenzar a catalogar las obras y en destinar fondos para la conservación de estas y el enriquecimiento del museo.
A partir de este momento comienza a haber un cambio general en toda Europa y en el siglo XVIII el museo se convierte en algo público para el deleite y el disfrute del visitante.
Aunque a día de hoy es algo que esta cambiando, una de las diferencias más claras para diferenciar un museo de un centro de arte sería que a diferencia de los museos, los centros de arte carecen de colecciones permanentes, ya que estos solo toman obras prestadas y exhiben obras ajenas y tampoco tienden a coleccionar ni preservar obras de arte.
Para entender el concepto de centro de arte tenemos que tener en cuenta dos factores importantes. El primero sería la evolución que hay en los museos desde el siglo XIX hasta finales del siglo XX, ya que los museos pasarán a ser algo más que la muestra de obras de arte al visitante y comienzan a tener más espacios tanto para la conservación como para la restauración además de comenzar a dar más servicios para el visitante como auditorios, tiendas, restaurantes etc. El segundo factor sería como referencia las “Kunsthalle” alemanas, lugares conocidos como “salas de arte” muy expandidas por el norte de Europa en donde habían colecciones locales, simposios y talleres abiertos al público.
Por eso podríamos definir que las características del centro de arte es la de estar más dedicada a un tipo de investigación más creativa que la de un museo, proponer una nueva búsqueda permanente de practicar la museología y la museografía y utilizar el arte de una manera más pedagógica y popular para llegar al público, de una manera más lúdica y activa para la sociedad.
En el 2013, James Nizam presentó su obra «PIRÁMIDE» en la galería Brooffield Place (Vancouver).
Nizam es un artista efímero que altera el espacio en el que trabaja, utiliza la luz en todos sus trabajos como tema principal para lanzar su mensaje artístico al mundo y es un amante de la cámara de fotos analógica, con las que hace que sus obras perduren a través del tiempo.
A simple vista engaña al espectador, creyendo que es una escultura física en donde pueden haber diferentes tubos de luz o fluorescentes, pero que en realidad es un foco con neblina generada artificialmente y una serie de espejos colocados estratégicamente para conseguir esta forma piramidal exacta.
La idea de que sea una pirámide, es por las antiguas teorías de la percepción, que se explican normalmente en forma de dibujo con un triángulo o pirámide cuyo vértice se inicia en el ojo del espectador y se extiende la base hacia el exterior al objeto que se esta visualizando.