Mandada construir por el califa Al-Muttawakkil entre el 847 y el 886 junto con la mayor mezquita jamás construida hasta la fecha, el Alminar de Samarra es una de las grandes joyas arquitectónicas del periodo abasí.
Este minarete helicoidal que nos recuerda a los zigurats de la antigua Mesopotamia, es de 55 metros de altura y esta construido en ladrillo cocido.
Se erige sobre una base de forma rectangular desde la que sale una rampa exterior de dos metros de ancho que da la vuelta a toda la torre dividida en siete pisos de igual altura, terminando en ocho arcos túmidos que hacen de nichos y que rematan la altura de la torre.